Perlas barrocas cultivadas; el mundo es una ostra, que se abre con cuchillo
Cristóbal Gracia
03.02.2025 - 29.03.2025
Acerca de la exposición

Pequod Co. se complace en presentar la segunda exposición individual de Cristóbal Gracia en la galería. Acompañando la muestra, Roselin Rodríguez ofrece un texto que profundiza en su práctica, explorando el simbolismo político y cultural que atraviesa su obra.

El polvo

El polvo es un cementerio que guarda lo olvidado y los residuos de los cuerpos que una vez fuimos. En él radican nuestras esperanzas rotas, lo que no alcanzamos a ver, lo que cayó y se rompió en mil pedazos. Es también la morada de todo lenguaje que antes tuvo una existencia legítima y es el lecho -acaso final– de lo que entendemos por cultura. Entre las partículas que lo componen, pervive un mundo ideal sin jerarquías ni dominios, un cúmulo de códigos desordenados que pueden ahogar el aliento, enturbiar la visión, devolver la conciencia del tiempo sobre las superficies y aquel que transcurre levemente cuando la luz atraviesa el aire y exhibe su composición flotante. El polvo no miente, pero esconde todo.

La perla

Una perla no es más que un mecanismo de defensa contra el peligro y la incertidumbre que amenaza del exterior. Es un antídoto, una coraza reluciente que se construye en la oscuridad y despierta en nuestros ojos una obscena fascinación al revelarse. Basta con que entre en una ostra un elemento exógeno –quizás una partícula de polvo– para que ella lo convierta con esmero en una maravilla. Lo traduce, tuerce el código y lo transforma en otra cosa, en pura superficie que vuelve ausente su centro, su razón. La mayoría de las perlas son irregulares, barrocas y caprichosas. Descartadas como objetos de lujo y relegadas a la sección de materiales de bisutería. Su barroco incomoda, no complace la ambición de simetría que exige su consumo como preciada joya. Su contenedor es la suave mucosa del apetitoso molusco y la fantasía íntima de una cavidad nacarada.

El cuchillo

En un mundo devastado como el nuestro, condenado por el ansia de posesión, las ostras se abren con cuchillos para ser consumidas una tras otra, en un restaurante citadino o para conquistar, con voracidad, los tesoros perlados que guarda el molusco. El procedimiento también se repite en las miles de granjas de cultivo de perlas que existen en el mundo, en China, Estados Unidos, Tailandia, Australia, Japón, Vietnam, el Caribe y México, donde diariamente se administran las formas de las perlas y se estrangulan los caprichos del barroco. El cuchillo se vuelve arma de dominación y va al encuentro, con violencia, de otro mecanismo de protección. El miedo busca al miedo: la perla y el cuchillo están hechos de lo mismo. La frase codificada por Shakespeare en Windsor para hablar del poder de la fuerza para obtener lo que se desea, que da título a la muestra, regresa en esta exposición, cargada de la realidad material de la explotación desmedida de este recurso natural en la actualidad.

Cristóbal Gracia presenta una serie de obras que relacionan estos elementos para proponer una reflexión crítica acerca de ciertos valores históricamente asentados sobre los objetos, que determinan con frecuencia las dinámicas del consumo cultural y han delineado las definiciones actuales del arte, casi siempre en los lindes de la cultura popular y de masas, o de los imperios de la réplica y la reproducción.

En otros momentos de su trayectoria, el artista ha abordado el artificio y la teatralidad como condiciones de la puesta en escena de la cultura, desde las escenificaciones de Hollywood en la costa de Acapulco, hasta la decoración de estilo grutesco que ha adornado los jardines occidentales desde el siglo XV. En sus proyectos ha mostrado cómo los diseños artificiales que imitan el mundo natural o a esculturas icónicas como El David, La Venus de Milo, Buda o Mussolini, realmente crean una “segunda naturaleza” que es toda superficie y nos exige nuevos sistemas metabólicos. En gran medida, el trabajo de Gracia ha exhibido las nuevas formas de esa ecología actual, sus procesos de transformación y los modos insospechados de adaptación a ella, incluso como indigesta deglución.

La exposición presenta un momento clave en esta investigación de largo aliento, al abordar directamente un asunto que le ha sido fundamental: el desordenamiento y la mezcla de códigos antagónicos de la cultura, implicado en una sensibilidad barroca que descree de las jerarquías de valores atribuidos a los objetos. Las piezas combinan iconografías pop de una subjetividad neoliberal convertida en detritus, a través de los más disímiles artefactos encontrados de la urbe triturados -digeridos-, como material arqueológico y sus obligadas réplicas, souvenirs, fayuca, juguetes populares que develan ilusiones de clase a través del consumo. Una acumulación que integra reproducciones vaciadas en yeso de esculturas clásicas, empleadas como modelos en la Academia de San Carlos, y que en buena medida han cimentado la noción de arte desde el siglo XIX.

La galería se ha convertido en el interior de una caja de joyería que recuerda a una cámara oscura, donde las obras aparecen como mutaciones del proceso de gestación de las perlas. Las tres esculturas La Adán, La Pelusa y La Absoluta, muestran tres momentos sucesivos de fragmentos objetuales, que emergen de su concha y caja de cultivo artificial. Sus superficies les retiran la autoridad a los íconos y los pulverizan, convirtiéndolos en excedentes que construyen una nueva estructura y forma. Estos procedimientos dialogan con las teorías sobre el barroco contemporáneo de autores como Severo Sarduy y Bolivar Echeverría. Para Sarduy, la cosmología barroca sabe que hubo un origen, pero también sabe que está ausente y el mundo es pura superficie. “El eco precede a la voz”, afirmó. De estas obras de Gracia, se podría decir que el polvo precede a la perla y también al cuchillo.

Adicionalmente, una serie de paneles que evocan un retablo colonial despliega una especie de mapa del sistema material, técnico y simbólico de la exposición al hacer coincidir de un modo amenazante dos universos: por un lado, un bajo relieve en yeso que traza las formas trastocadas de los modelos académicos escultóricos; por otro, un encapsulado de piezas diminutas de concha nácar, que en conjunto crean una fantasía de corpúsculos suspendidos. La sección nacarada está realizada con la técnica artesanal de raíz colonial, que recubría las imágenes pintadas con fragmentos de dicho material orgánico. Como aglutinante empleó una mezcla de color negro realizada con hueso carbonizado de borrego que le aporta una consistencia irregular y recuerda al polvo petrificado, al tiempo que al tenebrismo de las pinturas barrocas.

El conjunto de piezas que conforman esta exposición, desarrollan ideas y preguntas comunes en distintos medios. Vuelven referentes culturales reconocibles, elementos de la materia indistinta del polvo, en superficies que desordenan sus valores y cuestionan sus principios de identidad. La producción de las obras reitera dicho método al reutilizar los materiales descartados y reintegrarlos al volúmen donde todo contenedor es contenido y todo residuo, un nuevo cuerpo potencial.

De esta manera, la propuesta de Gracia plantea al arte contemporáneo preguntas sobre las condiciones de producción, distribución y consumo de sus mercancías, a partir de repensar el lujo y sus asociaciones con el exceso, el desperdicio y el vacío. Así como ocurre con La Absoluta, donde sus dimensiones, al exceder la escala humana, sugieren que se emancipa de la concha, ¿Qué implicaciones tendría y qué posibilidades abre asumir el exceso y lo residual del consumo como nueva superficie, forma y materia del arte? ¿Qué se considera valioso y qué, en cambio, remanente? ¿Bajo qué condiciones se le otorga valor de lujo a ciertos objetos? En el contexto de la política cultural actual en México, donde el mercado del arte ha ganado un lugar preponderante en la construcción de valores, en detrimento de las instituciones públicas ¿Cómo pensar críticamente la construcción de valor en las disputas narrativas del arte contemporáneo?

- Roselin Rodríguez

Textos adicionales aquí.

Agradecimientos; Taller Orígenes, TORSCHLUSSPANIK, Jesús Gracia, Óscar Garduño, Francisco Vega, Alejandro Reyes, Luciana Astuto, El taller de Mike, TAJO taller, Llamas a Mi, Roselin Rodriguez, Diana Mariani, Montserrat Pazos, Juliana Peralta, Mariana Rascón, Susana Estrada, Mau Galguera & María García Sainz.

Obra expuesta
Cristóbal Gracia
Para crear una pelusa de polvo se necesitan millones de partículas enredadas en fibras más largas, que a su vez, se enroscan y atraen a otras gracias a su carga eléctrica, las pelusas suelen contener ácaros y otros parásitos...
Heliografía y garbado en punta seca
60 x 45 cm c/u (políptico de 4)
2025
Cristóbal Gracia
Placa de heliograbado y punta seca (etapa 1 a 4) utilizada Para crear una pelusa de polvo se necesitan millones de partículas enredadas en fibras más largas, que a su vez...
Placa de cobre con heliografía y grabado a punta seca
68 x 40 cm
2025
Cristóbal Gracia
“La Adán” / Baroque cultured pearl, “the Adam”
Latón, hierro, cobre, yeso, cerámica, plástico y poliestireno
180 x 60 x 60 cm
2024
Cristóbal Gracia
Perla barroca cultivada, “La Pelusa” / Baroque cultured pearl, “The Dust Lint”
Latón, hierro, yeso y medios mixtos
225 x 120 x 90 cm
2025
Cristóbal Gracia
Perla barroca cultivada, “La Absoluta” / Baroque cultured pearl, “Assoluta”
Latón, hierro, yeso y medios mixtos
220 x 85 x 65 cm
2025
Cristóbal Gracia
El polvo es nácar. Panel 1
Madera de álamo, incrustaciones de concha de abulón y nácar, carbón de hueso de oveja pulverizado, resina y yeso
131.5 x 82.5 x 6 cm
2025
Cristóbal Gracia
El polvo es nácar. Panel 2
Madera de álamo, incrustaciones de concha de abulón y nácar, carbón de hueso de oveja pulverizado, resina y yeso
131.5 x 82.5 x 6 cm
2025
Cristóbal Gracia
El polvo es nácar. Panel 3 y 4
Madera de álamo, incrustaciones de concha de abulón y nácar, carbón de hueso de oveja pulverizado, resina y yeso
131 x 86 x 6 cm c/u (díptico)
2025
Cristóbal Gracia
El tenebroso espacio es una caja de joyería desbordada
Impresión digital sobre Hahnemühle Photo Rag 308gr
66 x 100 cm
2025
Vistas de sala
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