Pequod Co. se complace en presentar la primera exposición individual de Mauricio Limón de León en el espacio, Fallen Like Snake Skin, la cual estará abierta al público del 27 de abril al 11 de junio.
Percibida como una imitación de la piel de serpiente, la exposición inicia con un conjunto de xilografías policromadas que representan la abstracción de una colección – compuesta por 27 máscaras talladas en madera – titulada Performing White Skin, e iniciada en 2018. Inspirada en los carnavales mexicanos, el arte de algunas tribus de África Occidental -en concreto, aquellos objetos rituales incorporados al circuito coleccionista europeo-, la actual exposición FalIen Like Snake Skin presenta algunas de esas máscaras que actúan como esculturas y como objetos, que se han activado a través de performances y videos, abordando preocupaciones relacionadas con la distribución del poder y el valor del objeto en el arte contemporáneo.
Desde una máscara de autorretrato, la muestra es una exploración de la vanidad y la auto-burla que seguirá a través de varias piezas. Partiendo de una investigación y práctica de procesos artesanales, materiales, cualidades orgánicas, transmisiones y símbolos, se presenta un conjunto de nuevas obras que apelan a diversos cánones de belleza, que van desde el arte tribal hasta la estética subjetiva-abstracta, profundizando en los procesos artesanales y su papel en la producción de objetos simbólicos.
A partir de una nueva máscara de ébano que retrata a una joven mujer absorta en sí misma, se evoca la estética de las tribus Baule de Costa de Marfil. Dedicada a la veneración de la fertilidad y a la reminiscencia de un espejo victoriano, esta máscara tiene un mango en forma de mano que sostiene la vanidad del protagonista y también funciona como espejo doble para su portador. Puede esconderse y al mismo tiempo convertirse en pura vanidad en el sentido del narcisismo y del culto a la belleza.
Otra pieza atractiva es una escultura tallada en madera de ébano que desempeña el papel de un tótem, inspirado en los dientes del cocodrilo y una admiración por los rituales, los animales y la naturaleza; este tótem dialoga con los materiales orgánicos que intervienen en la fabricación de las piezas que lo rodean; se puede percibir la fabricación de una escultura híbrida de cuero; creada en colaboración con los artistas Wirrarika, Ramón Carrillo y Josefina Venegas. Esta pieza cobra vida a partir del desmontaje de los Huaraches y su conversión en una obra de arte. Del mismo modo, con la colaboración de la diseñadora franco-húngara Sophie Massun, se encuentra un vestido realizado con collares Wirrarika realizados con cuentas de colores, concluyendo en un trabajo que utiliza la estética artesanal y también cambia su forma final. Este tipo de intercambios y piezas colaborativas son una constante a lo largo de la exposición, por ejemplo, una pieza que asemeja a un lienzo hecho con hojas secas de palma, realizada en colaboración con el artesano Isidro Ruiz, o un conjunto de serigrafías realizadas con una técnica experimental de alumbre de potasio y tinta sobre paneles de madera, realizadas con el taller TorschlussPanik.
Así, a través de diversos materiales colocados como una instalación, encontramos máscaras, xilografías, pinturas, artículos de piel, collares bordados con cuentas, y una gama de materiales y técnicas aplicadas que privilegian y al mismo tiempo confrontan el trabajo manual con nuestra relación a la sobreproducción de objetos y artefactos de la vida cotidiana. De esta manera, el proyecto entrelaza un sentido de domesticidad a través de una exploración de dispositivos, técnicas y economías informales.
Agradecimientos:
Producción de piezas en colaboración con artistas Wirrarika, Ramón Carrillo y Josefina Venegas
Talla en madera por Israel Pedraza
Producción de xilografías sobre papel y serigrafía sobre madera por TorschlussPanik; Luciana Astuto y Fernando Campos