Esta exposición muestra algunos vestuarios del paisaje. A cada uno, los acompaña un fantasma o un espectro.
La observación del paisaje como alternativa política.
El secreto del monte, conversaciones entre cactáceas y la vida oculta de las piedras.
A través de distintas figuras pop, por medio de un imaginario televisivo, de excursionista siempre foránea, pretendo articular ciertas apariciones, en un país de varios cielos, en donde quizás no le estemos haciendo las preguntas correctas al horizonte, ya que tal vez las respuestas estén en la humedad de la tierra. Con esto, no pretendo romantizar algún paisaje en donde no nací, sino ficcionalizar el libre albedrío del monte.
En la muestra están dispuestos distintos personajes que parten de una ficción. Están inspirados en la nostalgia de la promesa de un país agrícola que se transformó en maquila y en campo de experimentación neoliberal. La representación del campo mexicano del siglo XX sigue rondando como un fantasma de la promesa revolucionaria nunca cumplida. Hoy en día, más de la mitad de los cielos mexicanos están concesionados, como si las piedras y nuestros antepasados-meseta no tuvieran voluntad propia.
El paisaje en México ha escondido guerrilleros, narcotraficantes y héroes de película. Asimismo La Niebla ha cobijado golpes al Estado, arropando a los verdaderos hijos del paisaje, a aquellxs que la Madre-Estado de Piedra ha denominado como otrxs históricamente. Me interesa imaginar aquel abismo en donde los personajes se animan desde su condición escultórica y literaria. En donde en algún punto lo que subyace en el paisaje, logre que el imaginario logre dominar a la imaginación y transformarla.
En El pantano de las ánimas aparece el saguaro, el mismo que observó las filmaciones western de Wayne, que sigue ahí viendo como el subsuelo es chupado, comprado y despojado. El mismo que mandó a hacer saguaros falsos, haciéndose pasar por helecho, haciéndose pasar por gobernadora, para hacernos pensar que era él, a hacernos pensar que éramos ciudadanos con mirada, cuando no somos nada, frente a él, El Monte.
...la respuesta está en la humedad de la tierra.
-Paloma Contreras