Nadie, nadie creerá el incendio si el humo no da señales
El paisaje es un concepto en crisis. Por un lado, como género pictórico de larguísima tradición, actualmente, éste es cuestionado por su carácter extractivista. Representar un territorio es materializar el deseo de conocerlo, explorarlo, dominarlo y explotarlo. Bajo análisis, la noción de paisaje revela su carácter colonial y podemos trazar sus vínculos con el capitalismo: la posesión de tierras como una de las primeras formas de acumular capital. Pero esos paisajes no sólo refieren a lo representado sino a quien lo observa; hemos entrenado a nuestra mirada bajo la geometría artificial de las tecnologías escópicas de la modernidad. La línea del horizonte, el punto de fuga y la misma división del planeta en hemisferios, trópicos e incluso el ecuador nos guían hacia una configuración racional del espacio que satisface el deseo humano de controlar aquello que le rodea. Y si descentramos la aproximación antropocéntrica, ¿podríamos concebir el paisaje sin la gravedad, esto es, perdiendo el anclaje al suelo?
Ante esta temática, la crisis también permea al contexto que circunscribe a esta exposición, la Ciudad de México, una urbe donde el concreto ha tornado al paisaje de un cenizo color gris y que es el escenario de la desolación y el despojo; una urbe afligida por la especulación inmobiliaria, la gentrificación, la turistificación y la transformación veloz del tejido social que la conforma. Tal encrucijada deja huellas también en el ámbito material, se inscribe sobre la superficie del territorio. Por ello, en lugar de una delimitación geopolítica, la ciudad se concibe aquí como un evento: una serie de factores y fuerzas que confluyen en el tiempo y el espacio, creando relaciones que forjan su contornos y lo que queda contenido dentro de ellos. Así, ésta se transforma en un ente dinámico afectado por flujos y tránsitos, y se define igualmente por el intercambio constante entre las zonas que la rodean y que engulle poco a poco.
Debido al centralismo del país, que se extiende al ámbito artístico, la selección de artistas contempla también a quienes no nacieron ni han residido en la capital, pero se encuentran activasen su escena debido a las oportunidades limitadas que brindan, en consecuencia, las otras latitudes. La muestra se empeña en manifestar tanto la experiencia como el acercamiento de artistas mujeres frente a la temática del paisaje en crisis. Si bien las mujeres vivimos la ciudad deforma distinta, es también el control de nuestros cuerpos –así como de su labores reproductivas y de cuidado– lo que ha posibilitado el surgimiento del sistema capitalista, y uno de los factores que lo sostiene hasta la fecha. Inspirada en una estrofa del poema “Incendio” de Sor Juana Inés de la Cruz, la exposición busca evocar las problemáticas que atañen a esta ciudad donde el fuego arde. Mediante un coro a siete voces, el humo se expandirá para señalar la crisis que atraviesa este paraje.
Curaduría: Fabiola Iza
Artistas: Andrea Bores, Sandra Calvo, Yolanda Ceballos, Ángela Ferrari, Verónica Gerber Bicecci, Circe Irasema, Cecilia Miranda
Nadie, nadie creerá el incendio si el humo no da señales
The landscape is a concept in crisis. On the one hand, as a pictorial genre with a very long tradition, it is currently being questioned for its extractivist nature. To represent a territory is to materialize the desire to know it, explore it, dominate it and exploit it. Under analysis, the notion of landscape reveals its colonial character and we can trace its links with capitalism: land ownership as one of the first ways to accumulate capital. But these landscapes not only refer to what is represented but to whoever observes it; we have trained our gaze under the artificial geometry of the scopic technologies of modernity. The horizon line, the vanishing point and the very division of the planet into hemispheres, tropics and even the equator guide us towards a rational configuration of space that satisfies the human desire to control what surrounds it. And if we decenter the anthropocentric approach, could we conceive the landscape without gravity, that is, losing anchorage to the ground?
Given this theme, the crisis also permeates the context that circumscribes this exhibition, Mexico City, a city where concrete has turned the landscape an ashen gray color and which is the scene of desolation and dispossession; a city afflicted by real estate speculation, gentrification, touristification and the rapid transformation of the social fabric that makes it up. Such a crossroads also leaves traces in the material sphere, it is inscribed on the surface of the territory. For this reason, instead of a geopolitical delimitation, the city is conceived here as an event: a series of factors and forces that come together in time and space, creating relationships that forge its contours and what is contained within them. Thus, it is transformed into a dynamic entity affected by flows and transits, and is also defined by the constant exchange between the areas that surround it and that gradually engulfs it.
Due to the centralism of the country, which extends to the artistic field, the selection of artists also includes those who were not born or have not lived in the capital, but are active in its scene due to the limited opportunities that other latitudes offer. The exhibition strives to show both the experience and the approach of women artists facing the theme of landscape in crisis. Although women experience the city in a different way, it is also the control of our bodies –as well as their reproductive and care work– that has made possible the emergence of the capitalist system, and one of the factors that sustains it to date. Inspired by a stanza from the poem "Incendio" by Sor Juana Inés de la Cruz, the exhibition seeks to evoke the problems that concern this city where fire burns. Through a seven-voice choir, the smoke will expand to signal the crisis that this place is going through.
Curatorship: Fabiola Iza
Artists: Andrea Bores, Sandra Calvo, Yolanda Ceballos, Ángela Ferrari, Verónica Gerber Bicecci, Circe Irasema, Cecilia Miranda