La obra de Elsa-Louise Manceaux (París, Francia, 1985) es una continua experimentación de temas, materiales y metodologías centrada en las posibilidades de la pintura y del color. Una de estas búsquedas consiste en la utilización de técnicas pictóricas antiguas como el fresco o el temple, que van de la mano de una fascinación por el color y su relación con momentos y contextos específicos en la historia. Manceaux utiliza la capacidad que tienen ciertas paletas para transportarnos a alguna época, y hacer referencia a las ideas de algún momento histórico, o bien evocar alguna corriente artística para crear lo que llama un “clash” en sus obras.
En Orgasmos en el fondo Manceaux presenta una nueva serie de pinturas y una escultura, todas realizadas en el 2022, que parten de una reflexión acerca de la idea de fondo entendidades de múltiples ángulos: en lo pictórico, el lenguaje, la historia, o las historias dentro de laHistoria. La artista parte de la idea de reutilizar sus propias pinturas y transformarlas en nuevos lienzos, usando sus obras ‘‘viejas’’ como nuevos fondos. Pintados en temple de huevo sobre lino, estos lienzos (realizados entre 2017 y 2018) muestran atmósferas emocionales que se originaron en sueños, orgasmos o visiones nocturnas. Aquí, la artista vuelve a esas obra para mirarlas no como piezas terminadas, sino como obras en proceso. Trata estas obras bajo la lógica del palimpsesto —un pergamino que se raspaba para volverse a utilizar—, y en algunos casos incluso corta o croppea obras de gran formato con la intención de obtener varios lienzos. Mediante este gesto, interviene el fondo al aplicar una imprimatura de gesso que recuerda antiguos murales pintados al fresco en los que ciertas partes se han perdido o ya no son visibles, y que le va a permitir dibujar sobre esta superficie.
La serie se presenta como una instalación que se despliega a través de diferentes paletas decolores, y que construye una línea de tiempo personal. Los delicados trazos en gamas cromáticas que la artista asocia con diferentes épocas de la historia, dejan ver fragmentos de patrones y geometrías, de uno o más cuerpos (piernas, manos, vulvas, ojos, bocas, comisuras, orificios...), creando dibujos seductoramente delirantes. Estas composiciones nos revelan un proceso íntimo de apropiación de imágenes que provienen de la historia del arte, la arqueología y la cultura popular contemporánea, a las que Manceaux se ve atraída por la presencia de cuerpos reclinados o recostados; algo que observa como una constante en términos de representación del cuerpo a través de la historia de la humanidad. A partir de este interés, desarrolla una serie de dibujos propios a los que llama sus `dibujos maestros´, los cuales transforma en imágenes de caleidoscopio por medio de un proceso de digitalización. El trazo de su mano sobre las líneas de fuentes visuales provenientes de períodos de la historia de Occidente como la antigüedad clásica (Los amantes de Pompeya, año 79 d.C.), la Edad Media (Breviari d’amor de Matfré Ermengau, 1250-1322) o la modernidad (El sueño de Gustave Courbet, 1866) les otorga un nuevo contexto cromático, y por lo tanto, otro tiempo.
Todas estas capas, registros y relaciones que Manceaux va sumando, se encuentran claramente atravesadas por el deseo. El deseo opera como un lente a través del cual emerge un imaginario personal, y también como un puente entre pasado, presente, y futuro. Orgasmos en el fondo propone un diálogo desde una mirada femenina con la arquitectura emocional de Mathias Goeritz mediante el énfasis que las pinturas y la escultura que conforman la exposición hacen en relación a la conciencia del cuerpo en el espacio. Análisis o contemplación es una escultura de fierro que sugiere la forma de un diván y que en cierto sentido nos invita a proyectar la imagen de un yo recostado. Su materialidad trae a este espacio una referencia muy concreta al lugar en el que se da el proceso de la terapia del psicoanálisis: el punto de vista del cuerpo recostado. Todo lo que rodea al cuerpo se vuelve parte de un espacio mental y emocional. Los formatos y disposición en el espacio de obras como La farandola de los amantes y Amantes en el moshpit responden también a una intención por acercarse a la sensación de una mística que los vitrales coloridos otorgan a espacios religiosos; un punto más de diálogo con Goeritz a través de la relación entre la luz, la arquitectura y el color. Finalmente, los títulos de las obras son un juego de palabras que de alguna manera funcionan como la última llave de entrada a una elipsis entre cuerpoindividual, en pareja, y cuerpo colectivo que Manceaux traza con estas obras, desde referencias a bailes de grupo antiguos como las danzas dionisíacas y que culmina con laobra Selfie dance, una pintura en la que el espacio en blanco permanece casi intacto. Un volver al inicio, un fondo sobre otro.
Paola Santos Coy
The work of Elsa-Louise Manceaux (Paris, France, 1985) is a constant exploration of different themes, materials and methodologies centered on the possibilities of painting and color. One of her lines of inquiry is the use of old pictorial techniques such as fresco painting or egg tempera, which goes hand in hand with her fascination for color and its relation with specific historical periods and contexts. Manceaux uses the ability of some palettes to make us travel to certain time periods, to reference historical ideas, or to evoke particular artistic trends to create what she calls a “clash” in her artworks.
In Orgasms in the Background, Manceaux presents a new series of paintings and one sculpture, all made in 2022, which are based on a reflection on the idea of background understood from multiple angles: painting, language, history or histories within History.The artist started with the idea of re-using her own paintings and turning them into new canvases, thus turning “old” artworks into new backgrounds. These artworks painted in egg tempera on linen in 2017-2018 depicted emotional atmospheres inspired by dreams, orgasms, or night visions. Here, the artist returns to them and considers them, instead of finished works, as works in progress. She treats them as palimpsests—pieces of parchment paper where previous writing has been scraped off so they can be reused. In some cases, she even cuts or crops large format paintings to obtain smaller canvases. Through this gesture, the background is created by applying an ‘imprimatura’ layer of gesso—reminiscent of ancient frescoes some parts of which have vanished or become invisible—,on which she is able to draw.
The series is presented as an installation that unfolds through different color palettes, building a personal timeline. The delicate lines traced in chromatic schemes that the artist associates with different historical eras reveal fragments of patterns and geometries, one or more body parts (legs, hands, vulvas, eyes, mouths, mouth corners, orifices...) that create seductively delirious drawings. These compositions show us an intimate process through which the artist appropriates images coming from art history, archaeology, and contemporary pop culture, to which Manceaux is attracted in that they all show lying or reclining figures, something she sees as a constant feature of the representation of the body throughout human history. Based on this exploration, she creates a series of drawings that she calls her ‘master drawings’, which she transforms into kaleidoscopic images through digitalization. The lines she draws over those of visual sources from different eras of Western history—classical antiquity (Pompeii Lovers,79 BC),the Middle Ages (Breviari d’amor by Matfré Ermengau, 1250-1332), or modern times (TheDream by Gustave Courbet, 1866)—give them a new chromatic context and a different timeframe.
All these layers, records and relations added up by Manceaux are clearly traversed by desire. Desire operates as a lens through which a personal imagery emerges, but also as abridge connecting past, present, and future. Orgasms in the background proposes a dialogue from a feminine point of view with Mathias Goeritz’s emotional architecture, by focusing on the conscience of the body in space.
The iron sculpture Analysis or Contemplation suggests the shape of a sofa, evoking the figure of oneself lying down. Its materiality brings a very concrete reference to the place where the therapeutical process of psychoanalysis takes place: from the perspective of the reclining body. Everything that surrounds the body becomes part of a mental and emotional space.
The formats of works such as The Lovers’ Farandole and Lovers in the Moshpit and their position in the exhibition space contribute to creating a sense of mysticism similar to that produced by stained glass windows in religious spaces; another conversation between Manceaux and Goeritz, since both address the relation between light, architecture, and color. Finally, the titles of the works are plays on words that somehow work as the last entry key to an ellipsis between the individual, the couple’s and the collective body that Manceaux creates through her work, referencing ancient group dances such as Dionysian rituals and culminating with Selfie Dance, a painting where the gesso remains intact. Are turn to the beginning, a background over another one.
Paola Santos Coy